03 octubre 2011

Porque no somos nadie...

Buenas tardes estimados lectores,
hoy vamos a dar comienzo a nuestra crónica con una noticia que, cada vez más, representa la sociedad en la que vivimos actualmente. Ahí va:
"Hoy, he terminado una ingeniería a mis 26 años. Se me acabó el carnet universitario, el carnet joven, el bonobús reducido, las becas, las prácticas remuneradas, mis padres no me pueden incluir en la declaración de la renta y tampoco puedo hacerla yo porque estoy en paro. He desaparecido de nuestro sistema económico"
Estremecedor ¿verdad?, ¿qué va a ser de nosotros lo jóvenes?...
Según fuentes oficiales, el 42% de los jóvenes se encuentran en situación de paro en nuestro país, aproximadamente 1,5 milones de personas que no superan la treintena de edad ven su futuro negro.
Bien, nuestro gran equipo de redactores y psicólogos han estudiado el caso, y han decidido escribir una carta a nuestro querido Sr.Presidente (no importa que sea el actual o el que está por venir, es válido para todos los Srs. Presidentes).
Sr. Presidente,
nosotros los jóvenes hemos decidido aportar nuestras ideas a la sociedad.
Como usted bien sabrá, no somos nadie, todavía. Pero no se preocupe (si es que lo hace) hemos encontrado una solución magistral a todos nuestros problemas. Actualmente somos muchos jóvenes en España, la mayoría con carrera universitaria y excesivamente preparados, y es por eso que hemos decidido crear un grupo de "nadies en acción" apuntarse es gratis y es muy parecido a una secta (ya que la secta que usted nos propone no nos convence hemos pensado en crear la nuestra).
Se trata de afiliarnos a dicho organismo y comerciar entre nosotros. Crearemos empresas de servicios, de mano de obra, de asesoramientos, etc., es decir, todo lo que actualmente existe en el sector de los empresarios explotamás, pero entre nosotros. Las condiciones son, que cualquier persona inferior de 35 años se podrá afiliar (se pueden hacer excepción con personas mayores rezagadas) y cualquier persona perteneciente deberá tener, por un lado la obligación de consumir servicios "nadie" y por otro lado el derecho de vender servicios "nadie".
Por ejemplo, yo, joven afiliada a los "nadie" realizaré mi compra en el supermercado pertinente, iré a mis sesiones de psicólogo por mis traumas por eterna desempleada a una consulta de los "nadie" y, en definitiva, viviré dando trabajo a los jóvenes que también me lo darán a mi.
Pero Sr. Presidente, usted pensará...y a mi ¿que me importa?, y tiene toda la razón, usted no es joven, tampoco es un "nadie" ni tampoco se encuentra en situación de desempleo... pero ¿sabe que? que queremos su pasta! sí! y la queremos YA para subvencionar los negocios de los "nadie", así que aplíquese el cuento y vaya soltando la gallina!!
Atentamente,
Nadies en acción.

Señores aún podemos hacer algo para cambiar el mundo.
Hasta la próxima.









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